Sentada en una piedra mirando
las estrellas reconocí su figura, una sonrisa se dibujo en mi rostro y las
lagrimas rozaron mis mejillas, me quede quieto observándola, ella todavía no
había notado mi presencia pues se encontraba de espaldas frente a mí. llevaba
un precioso vestido blanco estampado con flores y su larga melena descansaba en
sus hombros, estaba tan concentrada en sus pensamientos que comencé a acercarme
sigiloso para darle un sorpresa, me quedé tras su espalda y tapé sus ojos, ella reaccionó tranquila acariciando mis manos
y emitiendo una risa infantil como si de un juego conocido se tratase.
Sabía que vendrías esta noche
-comenzó a decir Canah - ¿ Conseguiste descifrar el mensaje?
Me quedé un poco descolocado
sin saber que contestar, no entendía muy bien a lo que se refería.
¡Fraaaaank! -dijo ya en voz
alta mientras se ponía en pié - ¿ Lo leíste?
Frente a mí la cara de una
niña de unos 11 años mirándome fijamente con ojos tiernos esperando una
respuesta como si de una declaración de amor se tratase. Si bien es cierto que
en parte se parecía a Canah, no era la misma chica con la que había estado
pasando mi tiempo en Nibel.
¿ Quién eres niña? - pregunté
directamente, esperando la peor respuesta posible
¿Niña? -dijo adoptando una
actitud chulesca- solo soy un año más joven que tú- dicho esto sacó la lengua a
modo de burla
Me di cuenta entonces de que a
pesar de haber cruzado la puerta yo seguía siendo un niño, e incluso llevaba
puesta la misma ropa. Deduje que había conseguido cruzar a aquel mundo pero
seguía atrapado en la misma pesadilla. Inmediatamente la abracé en busca de
consuelo...
¿Eres tú, verdad Canah?
-pregunté entre lagrimas
¡Claro que sí, tontorrón!
-contestó devolviéndome el abrazo- ¿Has vuelto a tener un mal día con tus
padres verdad?
Por un instante, pensé en
decirle la verdad pero aparté la idea de mi cabeza pues seguramente habría
pensado que estaba loco o peor aún que le estaba gastando una broma.
Solo es que tenía ganas de
volver a verte y necesitaba un abrazo -contesté
¿Significa esto que has leído
el mensaje que te dejé? -dijo ilusionada esperando mi respuesta
Nos miramos unos segundos
fijamente, en silencio asentí con una sonrisa y ella sin esperarlo me dio su
primer beso, noté un fresco sabor a fresas y su particular olor a flores
silvestres. Sin duda era ella...
¿podemos quedarnos así para
siempre? - preguntó mientras apoyaba su cabeza en mi hombro
Ojalá fuera tan fácil -me
apresuré a contestar
Bueno, tendremos que construir
nuestro castillo -continuó diciendo- ¿cuántos hijos tendremos?
Decidí dejarla fantasear
mientras pensaba en la manera de resolver esta situación, en cierto modo no
sabía cuál sería la decisión más acertada, ¿me quedaba en Nibel en busca de respuestas
junto a una Canah que no era la que yo esperaba? ¿ volvía a mi cuarto siendo un
niño pequeño y desandaba lo andado?
¿Frank? No me estás haciendo
ningún caso -soltó Canah de repente
Perdona -me apresuré a
contestar- me estaba imaginando lo bonito que sería estar siempre juntos.
Ohhhh, solo por eso te mereces
otro besito -dijo abalanzándose sobre mi
Por cierto -le corté - ¿no deberíamos
ir a un lugar más seguro?
Que pasa Frank -contestó con
sonrisa picarona- ¿ ahora me tienes
miedo?
A ti no -dije muy serio- a las
sombras
¿ Sombras? -comenzó a reírse
burlándose de mí- Acompáñame, iremos a mi casa no te vaya a pillar una sombra.
¿Lo decía en serio? O se estaba
burlando de mi simplemente, a decir verdad no tenía datos de cuánto tiempo
llevaban las sombras atormentando el reino. Lo mejor sería hablar con un
adulto, en este caso su padre y preguntarle acerca de la situación actual.
Quizás si destruía el problema desde la raíz todo volvía a la normalidad y
podría cambiar el curso de la historia. Me levanté y acompañé a Canah cogí su
mano fuertemente y sonreí, ella me miró fijamente, devolvió el apretón y.... la
sonrisa
Llegamos por un camino a la
granja, era de noche pero la luz de las ventanas dejaba ver la silueta de la
casa, Canah se acercó y giró levemente el picaporte para abrir la vieja puerta
de madera, emitió un chirrido y se abrió. En el salón había organizada una
pequeña cena donde estaba toda la familia sentada, se quedaron en silencio unos
segundos al vernos entrar juntos, me quedé petrificado esperando una invitación
por parte de ellos.
Di una rápida mirada a la
mesa, era de roble natural tenía forma rectangular aproximadamente unos dos
metros y medio de largo por un metro de ancho, tenían puesto un mantel de tela
con cuadros azules y blancos y una copiosa cena basada en verduras del huerto y
conejos de la granja lo cubría.
Comencé a visualizar cada uno
de los comensales de la mesa empezando por la derecha del había un chico joven
y delgado con barbita y pelo corto de unos 20 años , le caracterizaba una ropa
muy elegante y un lazo en el cuello a modo de pajarita, tenía un rostro muy
simpático y agradable, a su derecha se sentaba una chica aproximadamente de su
edad, tenia pelo cortado a melenita y era bastante guapa. Continuando el orden
el siguiente era el padre por descarte, tenía poco pelo en su cabeza, la piel
blanca como la nieve y unas mejillas sonrojadas que le caracterizaban, frente a
él la madre de Canah, me recordó mucho a ella de mayor.
Debes de ser Frank -dijo su
padre poniéndose en pie- Canah me ha hablado mucho de ti. Por favor comparte la
mesa con nosotros
Me senté en una de las sillas vacías
que había en la mesa y Canah a mi lado. Nos miramos un instante, su pelo tapaba
uno de sus ojos dejando solo el otro a la vista, con mi mano le aparté ese
mechón de pelo para poder ver su bonito rostro al completo y volvió a sonreír. me
di cuenta entonces que estaba enamorado de ella, esas pequeñas cosas a las que
no les damos importancia son las que hacen fluir la magia.
Bueno te presento -dijo Canah
ruborizada- él es mi hermano Yino, ella mi hermana Aliuz mi padre y mi madre
-fue señalando a cada uno de los presentes mientras decía sus nombres
Bueno y exactamente que
intenciones tienes con mi hermana -comentó Aliuz de forma un poco impertinente-
por que sois dos críos aún.
Deja ya de meterte con ella
envidiosa - se apresuró a decir Yinno - Que tú no encuentres novio no significa
que los demás sean igual
Nos reímos todos en la mesa,
al parecer se llevaban como el perro y el gato y gracias a esto la velada fue
bastante entretenida, me sentí muy acogido y fui testigo de lo que es una
verdadera familia.
Cuando terminamos la cena
todavía no había comentado nada del tema de las sombras, no debía olvidar que
el propósito de acceder a ir a su casa era conseguir información para poder
afrontar la situación que estaba viviendo actualmente.
¿No se ven sucesos extraños
por aquí estos días? -pregunté inocentemente
¿A qué te refieres chico?
-contestó el padre de Canah. Su cara adoptó un tono serio y de preocupación
No le hagas caso papa -dijo
Canah mientras me abrazaba- es que le dan miedo las sombras -continuó en tono
de burla
Su padre se quedó unos
segundos en silencio pensativo...
¡Chicos, es hora de irse a
dormir! -dijo con tono de mando -dejadme solo con Frank
Pero papa -replicó Canah
¡No me hagáis repetirlo! -esta
vez alzó un poco más el tono de voz-. Yinno tu puedes quedarte con nosotros
Los demás se retiraron rápidamente
a sus respectivas estancias y el padre de Canah me invitó a salir fuera junto a
su otro hijo. caminamos unos metros alejándonos de la granja, en completo
silencio hasta que llegamos a unas piedras donde tomaron asiento.
Por favor Frank, siéntate con
nosotros -me invitó su padre. Yo accedí y me coloque a su lado
¿ Que es lo que sabe?
-pregunté rápidamente
Me preocupa más lo que sepas
tú -contestó- éste es un tema bastante olvidado y nadie habla de ello y él que
casualmente aparezcas y recientemente hayan ocurrido sucesos extraños...
¿ Qué clase de sucesos? -pregunté
preocupado
Veras Frank -contestó el
padre- primero debería contaros una historia que se ha transmitido de padres a
hijos desde hace varias generaciones. Después te diré exactamente lo que
quieras saber
Hace mucho tiempo...-comenzó-
hubo una época de bonanza en todo el reino, los campesinos prosperaban y
comenzaron a comprar las tierras que trabajaban a sus legítimos dueños, los
nobles.
Éstos por su parte no estaban tan de acuerdo con la idea de que
cualquiera con esfuerzo se pudiera convertir en noble, para ellos era cuestión
de apellido. Muchos de ellos comenzaron a negarse a vender las tierras y los
campesinos crearon una cooperativa donde cada uno puso sus ahorros y compraron
todas las tierras de los nobles que sí deseaban vender. Pasaron a poseer más de
la mitad de las tierras del reino y bastaba con trabajar en la cooperativa para
que te cedieran una pequeña parcela a cambio de compartir tus beneficios con la
cooperativa.
Al cabo de un tiempo, las tierras de los nobles dejaron de tener
mano de obra y sus cultivos se echaban a perder mientras la cooperativa adquiría
mas y mas poder. Los nobles se reunieron en el reino para poner solución ya que
muchos de ellos estaban comenzando a quedarse en la ruina, viéndose obligados a
venderles sus propiedades a la cooperativa que si podía pagar sumas descomunales.
Uno de ellos propuso una
solución distinta, matar a los campesinos... -el padre de Canah se quedó en
silencio unos segundos con la mirada perdida- al principio todos se opusieron -continuó-
ya que si eran descubiertos arderían en la hoguera y en un juicio justo
perderían lo poco que les quedaba. Pero la persona que había propuesto la idea
tenia la clave para matar a los campesinos sin ser ellos los culpables.
A partir de ese día comenzaron
a sucederse muertes inexplicables por todo el reino, los cadáveres aparecían
sin ningún signo de violencia y con los ojos completamente blancos y lo más
curioso es que siempre ocurrían en las tierras propiedad de la cooperativa
siendo las víctimas los campesinos y sus familias. Todos los hombres iniciaron
una partida de búsqueda para ver a que se enfrentaban pero no volvió ninguno,
las familias comenzaron a refugiarse dentro de los muros de la ciudad dejando atrás
los cadáveres de sus maridos e hijos y
los nobles los acogieron como mano de obra barata, les recompraron las tierras
por un precio irrisorio y los pusieron a trabajar en el campo bajo sus órdenes
con protección para que no les pasara nada.
Las muertes cesaron y el
suceso cayó en el olvido pasando a ser una simple leyenda que contar a los
nietos de los campesinos. Muchos de
nosotros estamos seguros de que es cierta y hace poco tiempo uno de nosotros se
infiltró dentro de la biblioteca de la ciudad en busca de pruebas para ver que
sucedió, allí encontró un libro que habla sobre una puerta que nos relaciona
con otro mundo. Si se vuelca toda la oscuridad sobre este mundo sería la
destrucción total de nuestro reino. Cuando nos lo contó no le hicimos mucho
caso porque parecía un cuento de fantasía pero misteriosamente murió unos días
después cuando se disponía a infiltrarse en la biblioteca. Su cuerpo apareció
en el bosque sin signos de violencia y con los ojos blancos...
Las últimas personas que hablaron
con él nos contaron que por la noche veía sombras extrañas merodeando por su
casa y se estaba comenzando a volver un poco loco, se sentía observado y por
eso puso su vida en peligro para ir a la ciudad de noche.
Sentí la hoja fría de un
cuchillo en mi carótida mientras me agarraban fuertemente por la espalda,
comencé a sudar mientras se aceleraba mi pulso.
¿Qué significa esto? - grité
furioso
Comprenderás... que después de
lo que te he contado nos cueste confiar en ti. ¿ Que sabes de las sombras
muchacho? -dijo el padre de Canah mirándome fijamente. Su rostro estaba muy
tenso y noté enseguida que estaba hablando en serio
Les contaré todo lo que sé
cuando me suelte -contesté sin apartar la mirada- no tengo ninguna intención de
hacerle ningún daño ni a usted ni a su familia, tampoco de huir.
Está bien... -dijo no muy
convencido- siéntate , te escuchamos.
Creo que debería de reunir a
todos sus hombres de confianza -comenté- así todos podrán saber a que nos
enfrentamos, lo que me ha contado no es
ninguna leyenda. ¡ Es real !